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La Delgada Línea por Maria Salazar

La delgada línea es una serie de poemas en los cuales Maria Salazar explora la locura, la confusión, la separación, los aprendizajes y la luz que se cuela entre las grietas que se generan durante la experiencia de crecer y explorar el mundo.

Creo que el problema

Casi siempre

es que me imagino demasiado haciendo algo increíble

paso mucho tiempo creando estos escenarios

ya ni siquiera es un daydream real

todo el tiempo quiero.

No sé a dónde quería llegar con esto

No sé que quiero.


Fotografía por Fernanda Montenegro.

Me dijeron que la ropa debía de enseñar lo suficiente para dejar cosas a la imaginación. Siempre tenía que tener olor agradable y mejor si no era muy dulce. No debía mencionar mis necesidades básicas como si no fuera humana, las mujeres no teníamos pelos donde no debíamos y yo no tenía que decir malas palabras en frente de los hombres así ellos podían sentir que era una mujer que valía la pena.

Aprendí a cocinar y a servir porque los hombres siempre comen en platos más grandes y yo conocí las dietas y las ensaladas, mejor si olvidaba que me gustaba el pan. Sin vicios y sintiendo superioridad en la palabra virginidad, pero sabiendo que había que mantenerlo entretenido cediendo por pocos y siempre mostrándome apenada.

La palabra pudor suena tan molesta, como se siente crecer creyendo que mientras menos real se es más fácil es lograr la única meta real en la vida, según mi cabeza adolescente, de gustarle a un hombre lo suficiente como para no temer que me abandonen, poco a poco sentir todo menos deseo de ser parte de esta construcción de vida de la señorita perfecta.

Salir al mundo creyendo que lo que se tiene que hacer es odiar y matar a todo lo que pueda ser un poquito más que yo, fue la mejor forma de aprender que no era nada más que una niña insegura y juiciosa, satisfecha de haber experimentado poco.

Salir al mundo creyendo que el riesgo estaba en las mujeres, con las que competía por aprobación, fue la mejor forma de que de una cachetada entendiera que el peligro real siempre fue pensar que todos los hombres iban a amarme por ser este ideal, y que lo que siempre iba a rodearme era esta idea romántica de la vida que tenía.

Nunca tuve que dejar de comer pan o rasurarme más para poder captar la atención. El mundo siempre tiene hambre, y no se trata de algo físico, sino de la libertad de consumirnos y dejarnos.


Fotografía por Fernanda Montenegro.

A veces creo que soy una mala persona.

Me gusta aprovecharme de mi cara o de la apariencia de niña confundida para jugar con la gente.

A veces le miento a mi mamá.

Me gusta jugar a que sí soy la persona que ella quisiera.

Me gusta ser una mala persona conmigo.

A veces me empujo a situaciones que me rompen, a veces no puedo decir que no.

Me gusta la sensación de que están jugando conmigo.

A veces pienso que me hiciste mierda al punto en que quiero volver a sentirme tan insignificante y que se sienta bien, que dejo que sigan utilizando mi cuerpo y entrando en mí como si realmente les estuviera dando un pedazo de mi.

Siempre creo que quiero decir una cosa y termino diciendo otra.


Fotografía por Fernanda Montenegro.

María Salazar @manosnefastas es una ilustradora, fotógrafa y escritora guatemalteca. Estos poemas son extractos de su nuevo libro “la delgada línea?” el cuál será lanzado por Editiorial Sión este año 2021. Sígue a Maria y Editorial Sión en redes sociales para no perdértelo.

Todas las fotografías fueron tomadas por Fernanda Montenegro @fermpx.


Fotografía por Fernanda Montenegro.

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