Categories
Resisters

No tenía asma, mi salud mental estaba mal por Andrea López

No tenía asma, mi salud mental estaba mal

Parte I

**Disclaimer** Este artículo está escrito desde la experiencia personal, para nada pretendo ser una profesional del tema, creo en la importancia de hablar sobre la salud mental y lo que conlleva y en la búsqueda del crecimiento a través de la ayuda de profesionales del tema.**

Toda mi vida he tenido problemas respiratorios; alergias, rinitis, resfriados comunes constantemente e inclusive uno que otro ataque de asma. Por lo que no fue extraño para mi cuando en el 2016 tuve lo que creí que eran una serie de ataques de asma. Comenzaban todos igual, no podía respirar y comenzaban a temblarme las manos, sudaba mucho y me ponía nerviosa porque según yo no cabía el aire en mis pulmones y mi inhalador simplemente parecía no funcionar.

Un día me ocurrió uno camino al trabajo mientras iba manejando, al día siguiente lo mismo y así ocurrió unas tres veces más y en todas las ocasiones duraba unos 10 minutos y yo seguía pensando que era asma. Hasta que un día vi que alguien escribió sobre un ataque de ansiedad y me animé a preguntarle cómo eran los ataques de ansiedad.

Unos días después estaba sentada en el consultorio de un especialista y ahí dijo las palabras “es una depresión dentro de la escala bipolar” y lo que estaba teniendo eran ataques de pánico.

El Dr lo explicaba como estar encerrado en un cuarto, creyendo que hay un león ahí afuera y estar constantemente preparado para que cuando la puerta se abra, el león entre y tengamos que defendernos, solo que abríamos la puerta y no había león, entonces todavía nos queda esa leve sensación de adrenalina y nuestro cuerpo tiene que sacarlo. Algo así.

No me había dado cuenta que estaba viviendo una depresión muy intensa, mientras pensaba que solo no me gustaba mi trabajo, o que tal vez tenía problemas con mi pareja. Porque es natural sentirse triste, pero lo que yo sentía era desesperanza y tenía mucho tiempo de sentirme así, meses inclusive. Porque la depresión no solo afectaba la forma en que percibía las relaciones a mi alrededor, sino que no me dejaba disfrutar de todo lo bueno que me estaba pasando. No tenía energía, no lograba concentrarme, no estaba motivada ni quería buscar nada para estarlo. Solo estaba existiendo, pero no me había dado cuenta porque llevaba tanto tiempo así, que creía que era algo normal.

Conforme pasó el tiempo, mi Dr me fue recetando algunos medicamentos, en ocasiones hice caso, en otras no, pero siempre seguí yendo a terapia, porque el hablar las cosas me ayudaba y encontré en la terapia una herramienta para reconstruirme poco a poco y aunque hoy no puedo decir que estoy libre de pasar por una depresión tengo en mis manos herramientas que me salvan de los peores momentos.

Hay días buenos y hay días malos, pero aprendí que no quiero ser feliz el 100% del tiempo porque también aprendí sobre los episodios que puedo tener.

En la bipolaridad hay escalas, según entiendo, hay episodios de manía e hipomanía y cada episodio va acompañado de acciones que nos afectan o en ocasiones son advertencias de lo que nos está pasando. Lo importante es aprender a reconocer los signos, ya que muchas veces, lo más difícil es eso, reconocer que hay algo que está pasando. En mi caso fue clave el tener episodios de ataques de ansiedad y el poder hablar de eso con alguien que ya había pasado por ello.

Sin embargo me di cuenta que habían otras cosas que me afectaban y habían algunos síntomas claros que había pasado por alto antes, como que pasaba meses en los que dormía un par de horas y estaba bien con eso, mi energía aumentaba más de lo normal y en otras ocasiones solo no podía dejar de dormir y perdía el interés en todo.

No quiero terminar sin decir que la salud mental es algo con lo que no debemos jugar y es de suma importancia que busquemos ayuda de un profesional y no tengamos miedo a hablar sobre el tema, porque para mi hablar del tema con mis seres cercanos me ayudó a obtener la ayuda que necesitaba y el apoyo de mi círculo cercano.

Recordemos también que el camino a la sanación no es lineal y que nuestros pensamientos negativos no deben bloquear esta idea, los problemas son pasajeros.

*Este artículo estaba programado para el mes pasado siendo este el mes de la salud mental, pero como mencioné previamente, la sanación es cíclica y a veces debemos darnos permiso de sentir las emociones, reconocer cuando no nos sentimos al cien por ciento y tomar un descanso siempre teniendo en cuenta que debemos levantarnos y seguir nuestro camino.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *