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Opinión Resisters

Claro que se puede ser feliz, muy feliz, sin pareja – Reflexiones de 14 de febrero

He revisado con lupa todos mis catorce de febrero, he navegado por la biblioteca de mis recuerdos en todos mis calendarios, y me he dado cuenta de algo: jamás he tenido una cita el 14 de febrero. Ni siquiera cuando tuve pareja.

Recuerdo a mi yo adolescente, esperando que un príncipe en su carroza llegara con flores y una sonrisa radiante para llevarme a un lugar romántico, con velas, una cena y postre. Que me llenara de besos y abrazos y me dijera incontables veces “te amo”.

Recuerdo haber deseado una tarjeta, un regalo, un detalle. Esperando algo que, en el fondo, sabía que no iba a recibir, porque no estuve con las parejas más románticas para mi gusto. Sufrí, mucho, por el deseo de vivir el mágico cuento del amor.

Llevo dos años soltera y este camino, que comenzó con dolor, me llevó a preguntarme: ¿de dónde viene este deseo? ¿Por qué me duele tanto no tener un romance de película? ¿No ser escogida? ¿Cómo apagar este anhelo que solo me hace sufrir?

En este tiempo me di cuenta de que no, este deseo no es mío. Y creo haber descubierto cómo desmantelarlo.

El 14 de febrero tiene raíces en la antigua Roma, en rituales que sometían a las mujeres. Durante las celebraciones de las Lupercales, los sacerdotes sacrificaban cabras y golpeaban a las mujeres con sus pieles para incentivar su fertilidad. Eran vistas como recipientes de vida, herramientas de procreación. También existía la fiesta de Juno Februata, donde los hombres sacaban de una caja un papel con el nombre de una mujer para tener un encuentro casual. Solo los hombres podían escoger; las mujeres eran el premio.

Mi versión favorita es la del sacerdote Valentín, quien desafío al emperador Claudio II y casaba en secreto a los enamorados, pues el gobernante había prohibido el matrimonio para que los jóvenes se alistaran en el ejército. Valentín fue descubierto, apresado y ejecutado un 14 de febrero. ¡Decapitado!

A lo largo de los siglos, la festividad evolucionó. En 494 d.C., el papa Gelasio I la declaró oficial. En 1969, la Iglesia la eliminó del calendario por sus orígenes paganos. Y en el siglo XX, el mundo anglosajón la convirtió en una fecha de consumo, encajándola perfectamente en el sistema económico patriarcal.

Aprendiendo sobre todo esto, vi que el deseo de amor romántico no es biológico ni innato. Nos lo vendieron con mitos, leyendas y estrategias de marketing que se instalaron muy bien en la sociedad. Así nos insertaron el imaginario de que ser amadas significa que alguien nos elige bajo las reglas del amor romántico. Nos condicionaron a creer que sin pareja estamos incompletas.

Nos enseñaron a vivir emparejadas, a procrear, a atender, a complacer, a conquistar. A servir, a ceder, a sacrificar, a resignarnos, a depender, a sostener, a agradar, a obedecer, a callar, a someter, a esperar, a necesitar, a suplicar, a renunciar, a consentir, a postergarnos, a perdonar, a soportar, a justificar, a mendigar, a adaptarnos: al amor patriarcal.

Y que todo eso es el amor y que ese amor, es el único que nos va a dar felicidad.

Al transitar el dolor y temblar de ansiedad por las secuelas del amor romántico—la violencia, la enfermedad, el desquicio—me pregunté: ¿qué pasa si empiezo a vivir todo lo que imagino con una pareja, pero sin una? Y así lo empecé a hacer.

Después de buscar con lupa el amor y revisar cuántos momentos había sido feliz gracias a él, me comprometí a algo distinto: a verlo. No había nada que buscar, solo tenía que verlo. Decidí aprender a escucharme, a afinar mis emociones, a observarme y sentirme, y luego, a todo lo que me rodea.

Que si he sufrido en el proceso, sí. Desatarse de lo que se supone que es el amor es como llevar a un adicto a rehabilitación. Escuché un podcast de Coral Herrera que se llama Yonkis del amor” y aprendí todo lo necesario para entender que era presa de una droga.

Que rehabilitarme podría llevar meses o años. Es que han sido tantas décadas donde se me ha trasladado a mí y a mi generación, y a la anterior, y a la anterior de la anterior también, el terrible concepto de amor romántico, que claro que desear todas esas reacciones desatadas en mi organismo iba a ser algo difícil de detener.

La sensación de euforia, de falta de concentración, de pérdida del sueño, del enganche, todo corresponde a una adicción y claro que como buena adicta, he tenido recaídas. “Los yonkis del amor no nacemos, nos hacemos”, dice Coral, porque una vez que conocemos un poco de ese tipo de “amor”, no nos conformamos y a medida que experimentamos de los efectos de la droga, la necesidad aumenta.

Las dosis se hacen insuficientes. Al grado de llegar a creer que bueno, si no tenemos a nuestro proveedor o proveedora, no hay forma de sentir felicidad y estamos todo el tiempo buscando la reincidencia.

Qué loca está Coral y las otras mujeres como Helen Fisher, de las que ella lo aprendió… y qué loca estoy yo por escucharle, pensé en algún momento. Pero a medida que pasaron los días, las semanas y los meses sin vivir bajo el constructo del amor romántico experimenté mucha ansiedad, a veces aún lo hago. Algunas deseando la droga pero muchas otras recordando el abandono y el sometimiento al que muchas veces acudí por esa idea del amor, y me di cuenta que sí, “tú eras la droga de la que mami me hablaba, la que moría si probaba”, canta Bad Bunny.

He dejado de esperar que ese tipo de amor llegue y empecé a verlo. En mí, en mi presente. En mi madre, en mis amigas, en mis colegas, en mis abuelas, en mis amigos, en desconocidos que me aprecian, en los gatos de la calle, en la música, en las lecturas, en los chistes, en la naturaleza, en el agua en mis pies, en la risa sincera que me deja un dolor de garganta que adoro. Abrirme a ver el amor en todas partes me ha regalado experiencias maravillosas.

Mi vida no podía ponerse en pausa esperando “el amor”.

El amor ha sido acomodar un ramo de flores con mi abuela y ver cómo ilumina la mesa. Ha sido reventarme los tímpanos con la música que amo, Karol G, Sister Nancy, mientras cocino ensalada de papas para mí misma. Ha sido abrazar a mi amiga como si la amara, porque la amo. Ha sido bromear con mi hermano y trasnocharnos hablando. Ha sido llorar con amigos que me aman y me escuchan aunque yo no sea su pareja. Ha sido el brillo que siento en el pecho cuando le hago cosquillas a mi hermanita y se dobla de risa. Ha sido viajar sola y encontrar alegría en la exploración, en caminar y sonreírle a desconocidos. Ha sido aprender que todo lo que alguna vez quise hacer con una pareja, también lo puedo hacer sola y ser feliz.

Estoy aprendiendo a pasar tiempo sola, a disfrutar mi espacio, a jugar con mis gatos, a ir a clases de baile, a salir con personas sin expectativas, a disfrutar amistades. Crucé un país en bus, intenté patinar aunque me caí, tuve sexo con alguien a quien no volví a ver, bailé reguetón con desconocidos, he visto a mis artistas favoritos cantar, participé en charlas, he publicado artículos que me hacen sentir orgullo de mí, y me liberé del “cuando tenga pareja”. No tengo que esperar a nadie para vivir y experimentar el amor. No tengo que esperar a un complemento para darle inicio a mi felicidad.

Claro que he sufrido, pero ya no soy prisionera de un constructo creado hace siglos. Me decidí a no perpetuar este sistema insostenible, sobre todo para nosotras. No se puede vivir sufriendo por una forma impuesta del amor.

Desde que entendí que el amor es la vida, me siento inmortal. No está en la persona ideal que nos vendieron en la televisión o en TikTok. No es que los chocolates y las rosas estén mal, sino la creencia de que nuestro valor depende de ser elegidas.

Quiero creer que si San Valentín existió, no fue decapitado para que sufriéramos deseando la droga del amor romántico. Quiero creer que ese amor que defendía era revolucionario, apacible y no dañino.

Hay que atrevernos a vivir fuera de él. Atrévete este 14 de febrero a celebrar el amor que sea que tengas. Lo único terrible de estar soltera es que comienzas esa etapa tras una ruptura, pero lo que viene después de transitar el dolor, es maravilloso. La soltería no es una maldición, lo es el mito que nos obliga a buscar pareja y a desear estar con una para poder ser felices. Cuando descubres que el amor siempre ha estado ahí, la pregunta “¿dónde está el amor?” deja de tener sentido. No dejes que que las redes sociales, las miles de promociones en restaurantes, tiendas de ropa y floristerías te hagan dudar dónde está el amor en tu vida.

Porque el amor eres tú y tu capacidad de sentir. Y tú siempre has estado aquí. Sanar tu idea del amor te abrirá el camino a vínculos, que no se sentirán como la droga del romance.

Vale la pena amar a quienes ya te aman. Vale la pena elegirte. Porque claro que puedes ser feliz, muy, muy, pero muy feliz sin pareja.

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Opinión

Sexo, feminismo y la ciudad

Por: Heidy Isabel Hernández

Sex and the City fue un fenómeno cultural en los noventa, y gracias al streaming, lo es nuevamente en 2024. Desde su estreno en 1998, ha sido una piedra angular de la cultura popular y un punto de referencia para las representaciones de mujeres modernas en los medios. Sus protagonistas, Carrie Bradshaw, Samantha Jones (la bandida), Charlotte York (la romántica) y Miranda Hobbes (la pragmática), navegan Nueva York tratando de ser la mujer que lo tiene todo: amor, sexo, una carrera exitosa, bolsas de diseñador y amistad. A lo largo de sus seis temporadas, vemos a estas mujeres cometer un sinfín de errores y, en algunos casos, aprender de ellos. Mientras miraba videos de TikTok sobre cómo no ser Carrie en las relaciones, no pude evitar preguntarme: ¿puedo aproximarme a esta serie desde una perspectiva feminista?

La era de la no inocencia

En el primer episodio de Sex and the City, Carrie Bradshaw introduce a los espectadores a lo que ella llama “la era de la no inocencia”. Con esta frase, Carrie encapsula el espíritu de la serie durante sus primeras tres temporadas y su enfoque hacia la vida y las relaciones en la ciudad. “Nadie tiene desayunos en Tiffany’s ni amoríos para recordar,” dice, “en su lugar, tenemos desayunos a las 7 a.m. y amoríos que queremos olvidar lo más pronto posible.” Esta declaración no solo marca el tono cínico de la serie, sino que también refleja una era en la que el ideal romántico tradicional ha sido reemplazado por una visión más pragmática y, a menudo, desilusionada del amor y las relaciones. La “era de la no inocencia” es un reflejo directo del feminismo de la tercera ola, que surgió en los años 90 y que defendía la idea de que las mujeres (blancas en su mayoría) podían ser fuertes, independientes y sexualmente activas sin disculpas.

A medida que la serie progresa, tres de las protagonistas resignifican el amor romántico y terminan en una relación heterosexual, pero no necesariamente heteronormativa. Respondiendo a sus propios conflictos como personajes, Miranda, Charlotte y Samantha subvierten las narrativas de dependencia emocional y la búsqueda del “príncipe azul”. Miranda acepta que el rol pasivo que exige una relación amorosa no es uno que ella quiera desempeñar y se convierte en la principal proveedora de su matrimonio. Charlotte reconoce que sus expectativas sobre el amor romántico estaban sesgadas por cuestiones de clase y se casa con un hombre que rompe con todos los requisitos que ella misma se había impuesto. Su viaje es un recordatorio de que las expectativas sociales pueden ser desafiadas y que la verdadera realización viene de entender y perseguir lo que realmente queremos. Samantha cierra la serie con una relación estable con un hombre más joven que no la juzga por su liberación sexual y es capaz de respetar su empoderamiento. Un final tan refrescante para ellas como lógico a nivel narrativo.

No es así en el caso de Carrie, quien a pesar de innumerables “red flags”, decide quedarse con el galán tradicional que teme al compromiso. Esta decisión se siente casi como una traición a la premisa de la serie, ya que vemos que Carrie no ha cambiado y sigue anteponiendo el amor romántico a todo en su vida. Reconozco que las relaciones tóxicas y turbulentas venden, y que esta elección es dolorosamente relacionable e incómodamente realista, pero con la perspectiva moderna es inevitable cuestionar las motivaciones de los guionistas. En muchos sentidos, Carrie es aspiracional, o al menos yo amaría poder vivir solo de escribir columnas de opinión, y por eso no es casualidad que sea ella quien termina cediendo su individualidad por el supuesto hombre de ensueño. No puedo evitar pensar en Jo March, de Mujercitas, quien también termina contra todo pronóstico y desarrollo de personaje en una relación romántica. Este tipo de final es atractivo porque es fácilmente reconocible y cumple con ciertas expectativas tradicionales del público sobre cómo deben resolverse las historias de amor y con qué debemos soñar las mujeres.

La serie finalizó en 2004, en un momento en el que el discurso feminista estaba nuevamente en transformación y se popularizó la idea del feminismo de elección o “choice feminism”, que enfatizaba que cualquier elección hecha por una mujer es feminista si la hace sentirse empoderada, independientemente del contexto social o político. Esta forma de pensamiento diluyó la crítica más amplia a las estructuras de poder y a las desigualdades sistémicas. Recordemos que fue la época de cantantes pop hipersexualizadas y del culto a la delgadez extrema, lo que ayuda a entender por qué Carrie siempre regresa con Mr. Big.

Para fines prácticos y por mi salud mental, en este texto estamos ignorando por completo las películas, que destruyen deliberadamente estos “finales felices” con el único objetivo de vender entradas, y “And just like that”, una continuación lanzada en 2021 que no ha logrado el éxito de su predecesora.

La dualidad de la “Cosmo girl”

El término “Cosmo Girl” está vinculado a una imagen específica de feminidad que se popularizó a través de la revista Cosmopolitan, especialmente a partir de la década de 1960 bajo la dirección de Helen Gurley Brown. Esta imagen se centra en una mujer joven, atractiva, independiente y sexualmente liberada, que encarna una forma de feminismo conocido como feminismo de consumo. Sex and the City tiene una definición muy cerrada de éxito, y esta está enmarcada por el capitalismo. Carrie es el epítome de la “Cosmo Girl”: una mujer independiente que no teme gastar dinero en ropa de diseñador y que ve el consumo como una forma de autoexpresión.

Algo que está presente en los nuevos feminismos, aparte de la interseccionalidad, es reconocer el rol de una sociedad de consumo. Sex and the City refleja una realidad en la que las mujeres, especialmente las blancas de clase media estaban ingresando al mercado laboral en igualdad de condiciones con los hombres por primera vez. Sin embargo, esta visión ignora las experiencias de las mujeres racializadas, quienes ya habían sido parte de la fuerza laboral durante generaciones, y para quienes trabajar no representaba una nueva forma de poder, sino una necesidad impuesta por un sistema que no consideraba sus necesidades ni sus luchas. Por ejemplo, Charlotte deja de trabaja a partir de su divorcio porque simplemente no lo necesita e incluso tiene el poder adquisitivo de regalarle su anillo de compromiso a Carrie. Esta última se encuentra básicamente en bancarrota, pero en lugar de plantearse una solución tangible o abordar el miedo que miles de personas han experimentado de no tener una vivienda, la serie lo resuelve sin ahondar en la problemática. En última instancia la serie refuerza en cuestiones económicas las mismas desigualdades que el feminismo busca desafiar.

La amistad femenina: un legado rescatable

A pesar de las críticas que se pueden hacer a Sex and the City en términos de su limitada visión e ignorancia de la época, uno de los aspectos más fuertes y rescatables de la serie es su enfoque en la amistad y la conexión entre mujeres. Desde el principio, la serie establece que, aunque las relaciones románticas son importantes, la verdadera base de apoyo y felicidad de las protagonistas proviene de su amistad entre sí. La amistad entre Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha es el núcleo emocional de la serie y refleja algunos conflictos muy cercanos, como estar cansada de escuchar a tu amiga volver con su terrible ex (sí, hablamos de Mr. Big). La serie, aunque a veces cae en las trampas del feminismo de consumo y las narrativas románticas tradicionales, también celebra la independencia emocional que las mujeres pueden encontrar en sus amistades. Este discurso sobre la amistad y la solidaridad femenina es quizás el legado más significativo y positivo de Sex and the City. En un mundo donde las mujeres a menudo son socializadas para competir entre sí, la serie ofrece un contrapunto importante, mostrando cómo las mujeres pueden ser las mayores aliadas y fuentes de fortaleza unas para otras.

En los últimos años, ha surgido un enfoque crítico conocido como “paranoid reading” (concepto creado por Eve Kosofsky Sedgwick), que busca desmantelar y cancelar productos culturales que no se alinean perfectamente con las normas sociales y éticas contemporáneas. Sex and the City no ha sido inmune a esta tendencia, siendo a veces atacada por su falta de diversidad, su visión limitada del feminismo y su tratamiento de las personas racializadas y diversas. Sin embargo, cancelar o desestimar completamente la serie ignora las contribuciones significativas que ha hecho en términos de abrir diálogos sobre la sexualidad femenina, la independencia y, sobre todo, la sororidad. En lugar de desechar por completo estos productos culturales, es importante reconocer tanto sus defectos como sus méritos, y utilizarlos como puntos de partida para discusiones más amplias y matizadas sobre feminismo.

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Poesía Resisters

Cartas sororas: Convocatoria

En 2022, desde Resisters impulsamos Cartas sororas como un ejercicio intergeneracional que buscó un intercambio de vivencias colectivas a través del recurso de las cartas. Dos años después Cartas sororas regresa para seguir acompañándonos desde la ternura y el cuidado en una segunda edición publicada. Consideramos que una carta sorora es una expresión escrita cargada de empatía, apoyo y solidaridad entre mujeres. Queremos que este sea un vehículo para compartir tus experiencias, pensamientos y emociones en torno a un momento que te gustaría contar, un consejo que quisieras dar o un testimonio que aún está dentro de ti. 

  • Bases

Esta convocatoria está abierta a todas las mujeres jóvenes que estén entre los 18 y los 35, sin origen o experiencia de vida. Podrán participar mujeres del territorio guatemalteco que residen en el país o exiliadas y migrantes guatemaltecas, tanto de habla hispana como de idioma originario toda vez adjunte la traducción al español de la carta. 

Formato de las cartas

  • Extensión. Las cartas deben tener un mínimo de una página tamaño carta y un máximo de una página y media.
  • Formato. La carta debe ser enviada en tipografía Arial, tamaño 12 puntos y un interlineado de 1.5.

Documentación y envío

  • Formato de envío. Adjunta el documento en formato Word de tu carta en el espacio correspondiente del formulario. 
  • Plica. El segundo archivo llevará por nombre el pseudónimo con el que la autora haya firmado la carta, haciendo constar que es la plica. 

Ejemplo: “Plica+pseudónimo” [cartas anónimas]

Ejemplo: “Plica+nombre” [cartas con autora]

Contendrá los datos para identificar a la autora: nombre (si es anónima, solo escribe “anónima”), lugar de residencia, número de teléfono, correo electrónico y edad. En este archivo se incluirá una breve biografía de la autora con un máximo de 10 líneas. 

  • Originalidad. La propuesta debe ser inédita, es decir, no debe ser un texto que se encuentre en certámenes, ni estar publicado en cualquier medio físico o digital; de lo contrario, será descartada.

Esta convocatoria está abierta desde la publicación de las bases hasta el 18 de octubre de 2024. 

  • Proceso de selección
  • Proceso de selección. Un comité editorial seleccionará las cartas que mejor reflejen la esencia de la convocatoria. El formulario y sus respuestas serán gestionados exclusivamente por la persona responsable de la secretaría de la convocatoria, parte del jurado quien se encargará de recopilar las propuestas recibidas y eliminar las referencias a sus autoras.
  • Publicación

Se seleccionará la cantidad de cartas que mejor respondan al objetivo de la convocatoria, ya sea por unanimidad o, en su defecto, por mayoría de votos del jurado, que se consideren que expresan mejor la temática y cumplan con los criterios de selección. Las cartas seleccionadas pasarán por un proceso de selección, edición y corrección, y de diagramación. Posteriormente, el libro se publicará y se promocionará para su distribución y venta. Todas las cartas seleccionadas y publicadas constituirán la segunda edición de Cartas sororas en colaboración de Resisters y Nosotras las Letras.

  • Aceptación de las bases del concurso 

La participación en esta convocatoria supone aceptar las bases  y ceder exclusivamente a Nosotras Las Letras y Resisters la edición, con conocimiento y aprobación de las autoras, publicación y reproducción de las cartas seleccionadas. Resisters y Nosotras Las Letras se comprometen a reconocer en cualquier momento y a través de cualquier forma la autoría de las cartas.

  • Compromisos y cuestiones de derechos

Derechos de autor

Tú conservarás los derechos de autor sobre tu carta. Al enviarla, nos das permiso para el proceso de edición y publicarla en el libro Cartas sororas y en cualquier material promocional relacionado con el proyecto. Si prefieres mantener el anonimato, respetaremos tu decisión.

*Consulta todas nuestra bases aquí. 

 

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Opinión Resisters

Body-positive-what?

Son las 3:45 am. Siento escalofríos y tengo un vaivén de miedo en los huesos. Vienen a mi mente algunas películas y programas paranormales que mencionan que a las 3:00 am es la “hora del diablo”. Mi gata observa atentamente mi respiración agitada. Al menos mi pequeña lámpara me da un poco de seguridad por si tengo que salir corriendo. Ha llegado mi némesis más antiguo: síndrome de colón irritable. 

Mientras mi cuerpo se deja llevar por los síntomas, mi mente agitada pregunta: ¿qué fue lo que hice mal? ¿Acaso fue el tofú que comí en el almuerzo? Pero si fueron apenas unos trozos. ¿O fue porque me entristecí al enterarme que deben operar a mi gata? ¿O solo ya estoy chingada? 

Ahora ya no siento miedo, sino que enojo. Enojo porque es una lucha constante habitar este cuerpo, pero la señora en la tienda le dijo a su hija que debería hacer ejercicio para “tener” mi cuerpo. ¿Tener un cuerpo adolorido?

Tengo 25 años de existir, de los cuales 20 han sido una caravana de enfermedades. Esta caravana ha sido acompañada de varias personas que me han aconsejado, sin pedirlo, que debo amar mi cuerpo tal y como es. ¿Cómo amar al cuerpo que a veces limita y complica el vivir en este espacio?

Durante un tiempo quisieron “aportar” a mi salud diciendo que Dios me hizo así para “probar” mi fe. Y quien nunca falta en la cotidianidad es el monstruo del deberías

“María, deberías comer mucho más porque estás muy seca”. Lo he intentado, pero voy a mi ritmo con ciertos alimentos por las alergias. 

“María, deberías ser más constante con los especialistas y las medicinas”. Hago lo que puedo con mis recursos, considerando que no tengo seguro social ni privado. 

“María, deberías intentar esta dieta que me funcionó para verme mejor”. Si te funcionó a ti, me alegra, pero los cuerpos son diversos. 

Luego veo las redes sociales abarrotadas de contenidos de body positive. Si bien este movimiento reconoce la diversidad en los cuerpos, se me hace frustrante el alcanzar el “amor propio” a toda costa cuando nuestras historias y contextos son distintos. Es como si se tratara de una obligación de  amar nuestros cuerpos, alcanzar estándares y sugerir a las y les demás cómo deberían vivir. 

Este body-positive le apuesta a que amemos nuestros “defectos”. ¿Qué defectos? El sistema patriarcal y machista heteronormado supone que hay un “cuerpo ideal” que alcanzar y que si no es así, somos “defectuosas”. Qué horrible esa mierda considerando que existen diversos trastornos alimenticios. ¿Y qué hay de las personas que sí aman al 100% su cuerpo? Un privilegio. 

Suena la alarma del microondas; dejó de calentar la taza con agua. Veo que tengo que comprar más hojas de té de limón, mi fiel compañera para los días en que mi colón se enoja conmigo. Me alegra ver que hay verduras suficientes para hacer una sopa al medio día. 

Si bien los cuerpos no son perfectos, cada persona tiene un diálogo íntimo y acciones para su bienestar. A nadie más que a esa persona le interesa eso. No estoy diciendo que las personas que buscan apoyar son malas. Pero existe una gran diferencia entre quienes dan consejos sin que los hayas pedido, y quienes están atentas a ti pero sin ser invasivas. 

Creo que no podría sobrevivir en este cuerpo sin la ternura de las personas que amo, quienes preguntan por mis procesos de salud y quienes se han puesto a disposición para acompañarme al centro de salud. 

Mi cuerpo es más que los dos metros cuadrados de piel morena que lo cubren. Es más que los 650 músculos, 206 huesos, grasa y órganos, que lo conforman. Es un huerto de experiencias y cicatrices que cuido como más me gusta. 

A la chingada los comentarios de los cuerpos. 

Ya es hora de dormir. Toca enfrentar un día de trabajo y recuperarme.

por: María Jossé España

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Resisters

Mont Serrat: las mujeres no solo bailamos cumbia, también mezclamos y producimos

Escrito por: María España 

¿Qué trae a tu memoria la cumbia? ¿Las fiestas familiares de fin de año? ¿Las veces que te quedaste dormida o dormido en una cama improvisada de sillas durante una boda o quinceaños? También podría ser las tardes de juego en tu colonia o una noche de cervezas. Para Montserrat Molar, una DJ originaria del barrio Guadalupe, Nuevo León, Monterrey, la cuna de la cumbia rebajada, es el recuerdo de su madre Blanca bailando junto a ella. 

Actualmente estudia sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la cual describe como la carrera de sus amores al darle el sentido de análisis para generar soluciones de cambio. Con 27 años ha empezado su viaje como DJ marcado por la guacharaca, que le recuerda a su infancia llena de vinilos, cassettes y CDs almacenados por su madre chilanga, originaria de la Ciudad de México. 

Más que dedicarse a mezclar cumbias en eventos como forma de representar a los barrios, Montserrat aspira ser productora y apoyar a mujeres que desean integrarse a la escena cumbiera en Monterrey. Ponle play a tus cumbias favoritas mientras lees esta entrevista en RESISTERS. 

 

¿Recuerdas tu primer encuentro con la cumbia?

Tuve la fortuna de crecer con una mamá y familia muy musical. En mi casa todo el tiempo había música desde que era pequeña. La gente en México tiene amplia cultura musical. La cumbia era uno de los géneros que sonaba en la casa y bailábamos. Mi mamá escuchaba desde el Super Grupo Colombia, Los Askis, Llayras y Grupo Cañaveral. Toda la cumbia que yo sé es por ella.  

La cumbia es recordar a la Montserrat de 7 años, haciendo un viaje desde la cumbia andina incluso la rebajada hasta los 13 años. En ese momento me integré a una pandilla. Había un apogeo de las pandillas y la cumbia era el himno que las representaba. 

La cumbia en mi ciudad representa los barrios, representa las clases medias bajas y bajas. Es una música que viene del barrio. 

Dario Blanco, en su tesis “La cumbia como matriz sonora de LATAM” , menciona que es una dinámica identitaria, ¿qué me dices de esto?

Tenemos que echar un vistazo a la historia de la cumbia. La cumbia es una mezcla cultural de nuestros ancestros indígenas, también de afrodescendientes que migraron, y este es un aspecto peculiar. Tiene este parecido a nosotros, ya no solo es un género, sino que toma un papel de comunicador entre diversas clases. La cumbia tiene ese papel de ser un comunicador en todo LATAM. 

 

¿Cómo surge DJ Mont Serrat? 

Surgió de una forma rara e inesperada. Como te dije, escucho música desde muy pequeña y el amor por la música ha estado desde siempre. Era la que ponía la música en las fiestas. En un momento tuve la oportunidad de poder comprar mi primer equipo: mi tornamesa. 

Para mí era más como un hobby, pero de pronto empecé a mezclar música en fiestas junto a una amiga. Después de la marcha del 8 de marzo en este año, hubo una tardeada feminista en Monterrey, donde podías poner tu música. Entre el público estaba Fanny y me dijo que no conocía mujeres tocando cumbia.

Montserrat recuerda que, una semana después, Fanny la buscó para ofrecerle un espacio con equipo profesional. Aún con miedo al no ser experta y no tener tantos años de trayectoria, empezó a tocar todos los domingos, hasta que meses después fue invitada a la Ciudad de Guatemala. 

 

¿Qué me dices de las mujeres en la escena sonidera?

La escena sonidera viene a raíz de los años 60. Una mujer fue la pionera del estilo sonidero, que es Guadalupe Reyes Salazar, alías La Socia. Ella inicia este movimiento sonidero con Ramón Rojo “La Changa”. A la muerte de Guadalupe, él se queda como líder del sonidero La Changa. El sonidero tiene la peculiaridad de que es una fiesta en la calle. La persona que es el DJ está animando y a su vez representa color y baile. 

En un comunicado del Gobierno de México, se indica que La Socia murió sin el reconocimiento debido por el gremio así como de la sociedad musical en general, pese a ser la precursora de la escena sonidera. Según el investigador Benito Salazar, en dicho país existen aproximadamente 40 mujeres sonideras, sin embargo, no llega a ser el 1% de hombres sonideros, de los cuales la cifra asciende a 8 mil. 

A decir de Montserrat, la cumbia está dominada por los hombres, creyendo que las mujeres solamente bailan, cuando en realidad hay músicas y productoras. 

¿Podría decirse que la cumbia es una apuesta política de cuerpo y territorio para las mujeres?

Lo es. Lo creo más ahora viendo mi caso y el de la otra chica en Monterrey con quien mezclamos cumbias. Estamos en una posición de ser pioneras en que las mujeres se metan de lleno a la escena y viajen a otros países. Hasta hace poco me dije: Loca, estás haciendo cosas muy cañón, estás representando a otras mujeres. 

Yo también puedo mezclar cumbia, también puedo producir cumbias. Esto es algo político, y no lo digo solo como feminista, sino también como cumbiera de corazón. 

 

 

Video producido en alianza con Raven Studio, Oceano Azul Studios, Milton Nájera y El Vampiro Sábanero.

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Montserrat espera perfeccionar su trabajo como DJ y encaminarlo hacia el activismo social para que más chicas empiecen a involucrarse. “Quiero producir mi propia cumbia, hacer mezclas, la cumbia es un mundo inmenso de subgéneros”, expresa con emoción. 

Por último aconseja a las chicas que desean ser DJs que se pregunten a sí mismas si les apasiona en realidad, y de ser así que se crean su proyecto sin importar lo que opinen las demás personas. Añade que es necesario conocer la música para que surja la magia. “Confíen en ustedes y a darle fuego”, concluye.  

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Diversidad LGBTIQ+

Cuando hacés drag aprendés que tu piel se hace más dura

Entrevista y fotografías por Andrea Godínez.

La Badass Joto, una drag queen guatemalteca de 23 años, sabe que su lucha va más allá de pisar escenarios para hacer shows. Ella quiere ser un referente para esta y las futuras generaciones en el país, abriendo camino y espacios seguros para que la comunidad LGBTIQ+ se encuentre y rompa los estigmas de una sociedad machista.

Colgado, frente a la mesa de comedor, una cercha sostiene un bodie de color azul, amarillo y verde. Forma parte del atuendo que la Badass Joto utilizará esta noche en un espectáculo organizado por ella misma. Detrás de ese atuendo, sobre la pared se sostiene un cuadro con 5 fotografías del rostro de un niño, entre 3 y 5 años, con una mirada y sonrisa pícara, la misma que ahora a sus 23 años no deja de reflejar.

 

“Nosotras somos humanas. A veces la gente ve al personaje y piensan que somos indestructibles. Pero a veces te agarran en un mal día y te rompen”, dice sentada en la mesa del comedor donde se prepara para hacer un show por la noche. La Jota, como suelen decirle, se apasiona por los escenarios. Tal vez por rabia, por necesidad o por curiosidad, el 30 de julio de 2019, inició su carrera artística en la Casa 4 de Noviembre de la Ciudad de Guatemala. Maquillada y vestida de Barbie salió al mundo de una caja de duroport que representaba algo más allá que solo hacer un espectáculo, la Jota gritaba a un país machista: aquí estoy y aquí vengo a abrirle camino a toda la comunidad LGBTIQ.

Antes les pagaban con cervezas o promesas y ellas aceptaban por amor al arte dice. Sin embargo, el pasado mes de julio tuvo la oportunidad de ser contratada como host para el concierto de Girl Ultra en Guatemala. Para ella y sus otras compañeras que la acompañaron fue un momento de darse cuenta que están siendo referentes ya no solo para sus círculos cercanos, sino para personas fuera de su cotidianidad.

 

Detrás de esas sonrisas escandalosas y movimientos firmes, Eduardo quien da vida a la Jota,  indica que su infancia no fue fácil. Como para toda la comunidad LGBTIQ, una normalización dentro de sociedades donde aún se deben luchar por los derechos de identidad. Cuando estaba en el colegio, recuerda que  le hacían mucho bullying por ser gordo, afeminado y gay, aunque para él eso todavía no era claro. “Yo estaba inseguro de eso en ese momento y escucharlo de otras personas que lo dicen de forma despectiva para burlarse, definitivamente son situaciones que te traen abajo y no te hacen entender si estás bien o está mal con lo que sos”.

Eduardo está sentado mientras lo maquillan, porta un pantalón corto del Colegio Lehnsen, establecimiento donde estudió y uñas con el manicure recién hecho. Entre risas admite que pagar por el uniforme era un precio alto y que para estar cómodo en su casa todavía sigue utilizando este atuendo. En el colegio fue el lugar donde también le abrió el espacio para definir su identidad. Esteban, su maestro de teatro, era un hombre abiertamente gay y alguien a quien recuerda que era muy feliz.  “Fue mi primer contacto con gente de la comunidad, por así decirlo, y recuerdo que lo miraba siempre feliz y definitivamente la felicidad se contagia”.

 

Así fue como rompió con todos los comentarios y acoso que vivía en el colegio. El niño sumiso e inseguro que aguantaba y callaba, un día empezó a darse cuenta que no estaba mal ser quien era y que demostrarlo a los demás solo lo haría más fuerte y feliz. Tal vez hasta más feliz de como recuerda a Esteban.

Usualmente, la Jota es quien se maquilla y arregla para cada presentación, pero esta tarde Sarah Lagherfelt, una drag del reconocido Bar Genetic ha venido a maquillarla. Sarah lleva muchos años recorriendo los escenarios y reconoce que ser Drag Queen ahora es mucho más fácil. Antes debían esconderse o limitarse a los espacios como Genetic.

 

Al fondo sonaba el nuevo álbum de Beyoncé, ahora pasamos al de Bad Bunny.

En medio de bailes y de la conversación, es la misma Sarah quien le pregunta:  ¿Cómo escogiste que tu nombre artístico fuera Badass Joto? La respuesta nos dejó a las dos con los brillosos. La Jota quería inspirarse en algo que fuera negativo para la sociedad y de alguna forma apropiárselo. Jota o Joto es una etimología utilizada en México para referirse a que alguien es gay o lesbiana. El uso de esta expresión empezó a hacerse popular a inicios de 1900 cuando a las personas de la comunidad criminalizadas les trasladaban al Centro Preventivo de Lecumberri en la Ciudad de México. Al llegar al centro, les encerraban en la “carceleta con la letra J”, de allí la referencia al uso de la expresión. “A quienes eran de la comunidad solo allí los metían, por seguridad hacia heterosexuales, no los podían mezclar”.

Re significando la expresión a una cuestión de orgullo gay es como nace la Badass Joto. En 2019, siendo muy fan de Sailor Fag, cantante no binario, pensaba que no quería tener un nombre femenino o masculino que le encasillara o limitara ha hacer lo que quería dentro y fuera del escenario. Badass Joto es femenino, es masculino. Es todo, es nada.

 

Sin embargo, detrás de todas esas armaduras que vemos de las Drag Queen hay alguien que les da vida. En el caso de la Jota, Eduardo, su centro, quien la trae a la tierra y con quien tiene un complemento muy lindo. “Sin Eduardo no hay Jota y a pesar que somos la misma persona, nos expresamos diferente”. Tanto para Eduardo como para la Jota siempre se han permitido que su vulnerabilidad no se oculte. En ocasiones se les ha visto llorar, incluso en el escenario y no es algo que le de vergüenza admitir o que lo oculte.

Siendo un ícono de la cultura pop, la Jota sabe que su lucha va más allá de abrir espacios y camino para otres en Guatemala, porque busca ser un referente de resistencia y fuerza para decirle a un sistema que va en contra de la comunidad LGBTIQ que existen, no se van a rendir, no van a dejar de festejar y no van a dejar de reír; porque la historia de ella y de las que vinieron antes no fue fácil y no continuará siéndolo. Principalmente, porque ante un sistema opresor y que no respeta los derechos de la comunidad, muchas personas migran a otros países LGBTIQ friendly, para poder expresarse tal y como son. Es por esto que tanto las acciones de la Jota, como de Eduardo son tan visibles, porque busca que otres no piensen en migrar para poder ser libres y felices de quiénes son.

 

—¡Ay voy a chillar!—, hace una pausa.

“Algo que me he cuestionado mucho es que la gente dice  ¡me quiero ir a la verga de Guate! que está bien, pero yo quiero que sepan que no necesitamos irnos de este país para lograr cosas. Quiero que la gente que viene detrás de mí tenga la oportunidad de hacerlo aquí en su país”.

 

Sarah ha terminado de maquillar a la Jota y es hora que el body azul colgado en la pared complete el atuendo escogido para la presentación de hoy. Un collage de fotos de ella, Eduardo y sus amigos adornan la puerta de su dormitorio. Se pone un tutú amarillo y hace un TikTok para sus seguidores. Sale despampanante caminando de su casa. El show está listo para comenzar.

 

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Coyuntura Fotografía Resisters

Pride 2022 en Guatemala 🌈: existo, resisto, persisto

Lo que vi y lo puedo definir en una palabra, fue diversidad. Habían personas muy chavitas, hasta ya personas muy grandes. Me gustó mucho ver todos los colores, ver esos vestuarios tan producidos, esos maquillajes. En los carteles que llevaron había denuncia de que diversidad no es solo el estereotipo de hombre blanco, que sí hay diversidad, hay mujeres indígenas, lesbianas, mujeres trans también, que están tratando de visibilizar su lucha. 

No había visto antes tanta gente en una manifestación, aparte de las del 2015, no. Después de la pandemia no había visto una manifestación tan grande como la del sábado y creo que la diferencia con todas las demás es que el Desfile de la Diversidad Sexual en Guatemala es muy alegre, es de mucho gozo, es de baile, es de perrear, es el gozo de estar vivos, vivas, vives. 

– María Jossé España

Me conmocionó mucho todo lo que vi. Una comunidad diversa, realmente llena de diversidad. Una caminata de esperanza, colores, glitter, denuncias y alegría en un país tan oscuro, lleno prejuicios, de gente conservadora que quiere venir a decirles a lxs otrxs a quién pueden amar y a quién no.

El desfile me hizo olvidar por un momento lo horrible que es vivir en Guatemala. Ver a tanta gente joven afuera exigiendo sus derechos y visibilizando su existencia a cada paso, con cada baile, con cada grito de orgullo, me hizo recordar lo importante que es mantener la alegría como acto de resistencia.

– Jovanna García
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Coyuntura Opinión Resisters

No quiero ser mamá – Maria Jossé España

No ocultaré que varias veces fantaseé con tener un bebé y nombrarle María, así como mi tatarabuela nombró a mi bisabuela, y que siguió con mi abuela, quien también nombró así a mi mamá.

Creí que la maternidad era la “experiencia máxima” de ser mujer, y a la que estaba destinada para no quedarme sola. De pronto me descubrí incluyendo la maternidad en mi proyecto de vida porque “así debía de ser”. Reconozco que tuve el privilegio de que las mujeres de mi vida jamás hablaron de la maternidad como un deber, sino como una decisión.

De niña nunca me llamó la atención jugar con muñecos de bebé, ni me impusieron ese tipo juego. De adolescente a veces imaginé cómo sería tener un hije, pero mi abuelita y mamá hablaban sobre todo lo que conlleva la maternidad: cambios físicos, emocionales, laborales, entre otros. Y el hecho de que jamás dejás de serlo.

Creo que habría disfrutado tomar su diminuta mano y declararle mi amor una y otra vez. Habríamos crecido juntes; por su lado descubriría la vida, y yo la reconocería. Habríamos bailado y llorado. Habría procurado hacerle reír infinidad de veces y darle granitos de enseñanza. Habríamos cuidado plantas y gatitos. Habría sido la mamá más feliz, si tan solo lo hubiese deseado, pero no fue así.

 

Muchas nos hemos preguntado qué haríamos si la prueba de embarazo da positivo. En este no país llamado Guatemala el aborto es penalizado, y lo clandestino pone en riesgo nuestros cuerpos. Y si decidimos tener al bebé, tomamos en cuenta que las condiciones de vida no son dignas ni los derechos humanos son respetados en este pedazo de tierra.

En lo personal, los métodos anticonceptivos alteraron mucho mi cuerpo al ser un cóctel de hormonas. Entonces decidí hacerme la ligadura de trompas, porque no veo en mi futuro ese tipo de maternidad. Mi maternidad la ejerzo con los gatitos que vienen a la casa, con lo que cocino, con las plantas, y en mis proyectos personales.

María, ¿cómo fue?

En los últimos meses varias personas me han preguntado cómo fue el procedimiento, y mi respuesta no es con una sonrisa. Creo que las experiencias se cuentan con mucha sinceridad por respeto a una, porque lo vivió, y a la otra persona por tomar un tiempo para escuchar. Lo siguiente no es de color rosa.

Era jueves. Desperté junto a mi novio, quien también estaba emocionado por la operación. Recibí su apoyo y ternura cuando le comuniqué mi decisión sobre mi cuerpo. En el camino a la clínica las risas nerviosas no faltaron, y hablamos sobre los días de recuperación. Me dejó en el parqueo, y con un beso tierno me aseguró que regresaría por mí. Todo lo demás lo debía enfrentar sola.

Fui la primera mujer en llegar. Tomaron mis datos y me hicieron una prueba de embarazo para asegurarse de no cometer errores.

– ¿Está segura de que quiere operarse? No es reversible – dijo la enfermera.

– Segura – le respondí.

Poco a poco llegaron más mujeres de diversas edades; unas ya con hijes, y otras como yo, sin haber gestado jamás. Tuve que ponerme una de esas batas de hospital, recogí mi cabello corto con una coleta y cubrí mis pies con calcetas desechables. Pronto una enfermera anunció mi nombre.

– María, pase adelante – se escuchó en todo el pasillo. El silencio le siguió. Era la primera en pasar. Siempre procuro ser la primera en alguna situación que me da miedo para luego no arrepentirme, y más en ese caso por jamás haber sido operada.

Todo parecía sacado de una película de ciencia ficción de los ochentas. Dentro del quirófano sonaba Queen; se le veía entretenide al personal médico. Pronto comenzaría, por mucho, el dolor más terrible que he sentido en mi vida. La posición en la que me colocaron era como examen ginecológico. Sin embargo, a cambio de estar en una superficie plana, era curva, para que mi útero pudiera verse mejor.

En ese momento los nervios aumentaron. Llegó la anestesia local en el ombligo. Se sentía como un calambre terrible, pero eso no sería lo peor. Poco después por mi vagina introdujeron un instrumento para hacer la ligadura. Por cada cosa que pasaba, con voz temblorosa pregunté el qué y porqué. Una enfermera tomó mis manos, las cuales estaban sobre mi cabeza, y con ternura me explicó todo.

De pronto vi pasar el bisturí hacía mi ombligo. Se avecinaba lo que había decidido. El cirujano infló mi abdomen con gas; el estómago lo sentí en la garganta. Empecé a sentir náuseas. Lo que ocurrió después lo recuerdo con lágrimas, y a veces lo sueño.

– Respirá profundo, va la primera – dijo el médico. Le siguió un grito mío luego de que pusieran un anillo en mi trompa de falopio derecha.

– Ahora la otra – dijo por último. Otro grito mío, pero ese fue ahogado.

El llanto se desbordó al instante. El dolor era muy fuerte, y se le agregaba que veía consumida mi decisión de no ser mamá. La siguiente hora luché contra los intentos de desmayo y vómito. En la sala de recuperación varias nos escuchamos, nos acompañamos.

Sabés, la medicina para mujeres fue creada por hombres. No faltarán mujeres que se quejen del papanicolao, de exámenes vaginales, de partos, y es aún peor si el personal médico no tiene ni una pizca de sensibilidad. La violencia ginecológica y obstétrica es real, pero se cubre con la típica frase: “Hay que aguantarse”.

“¿Y un condón no te bastaba?”

En cuanto pude compartí en redes sociales mi decisión por si alguna otra chica estaba buscando información o quería ser acompañada. Me topé con muchos comentarios negativos hechos, claro, por hombres que se indignaron por decidir sobre mi cuerpo.

Y luego estaban los mensajes de chicas que también están seguras de no ser mamás, pero que si lo dicen abiertamente pueden ganarse el odio de sus familias.

Si decidimos sobre nuestros cuerpos nos ganamos el linchamiento social machista y patriarcal, aunque sea por tomar anticonceptivos por responsabilidad. Pero creo de manera consciente que las redes de apoyo son fundamentales para atravesar cualquier proceso, y construir apuestas políticas para nuestros derechos.

La maternidad será deseada o no será.

 

 

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Opinión

De qué hablamos cuando hablamos de enfermedades de transmisión sexual – Parte 1

Todxs tuvimos un acercamiento superficial e inconcluso hacia nuestra vida sexual en nuestro centro educativo o de parte de nuestras familias. Esto es debido a que la educación sexual en el país es limitada y está está interceptada y tergiversada por dogmas y religiones.  Es por ello que no solo no nos fue dada la información (a menos que la buscasemos) o que existe tanta estigma a personas que están contagiadas por ITS.

En este espacio voces anonimas cuentan de sus experiencias personales viviendo con ITS para que a través de experiencias compartidas tengamos información y acompañamiento de primera mano.


Todxs queremos coger sin condón al menos una vez en la vida. O dos, o tres.

Una visita al ginecólogo siempre puede terminar en malas noticias, creo que por eso es que a veces las evito. Estoy acostumbrada a escuchar que puede haber quistes, o que “esta masita en el pecho es un poco rara”, o el típico miedo del retraso, que es “normal”. Pero nunca en mi vida pensé en tener una visita que terminara en una plática sobre la posibilidad de que hubiera un virus en mi sangre, que se contagia por contacto, y que para colmo puede terminar en cáncer uterino. Me estoy yendo por las ramas. A lo que voy con esto es a que, la posibilidad de tener VPH ha sido quizá la sospecha más curiosa de mi vida. Salí del consultorio en blanco y ya en mi carro, me solté a llorar.

He hablado con un par de amigxs, unxs me hablaron de estadísticas y normalización. Al parecer la mayoría de los adultxs con una vida sexual activa lo tienen. También hablé con mi pareja actual y por un momento en mi cabeza estaba segura de que lo siguiente sería una patada en el culo, porque, ¿Quién en pleno 2021 se contagia de una infección de esta naturaleza? Con toda la información, con todo lo que tenemos en nuestras manos para evitarlo. Hasta ahora, no he tenido una respuesta negativa de nadie. Creo que lo más crudo es entender que en estos días, contagiarte de papiloma es tan fácil como resfriarte. Luego de comprender eso, tuve que hablar con el sospechoso del contagio. Se imaginan cortar con alguien, digamos un poco tóxico, y tener que hablarle casi 2 años después para decirle: “Hola, ¿te acordás de esta cosa rara? Pues creo que es una enfermedad que me transmitiste”. Y que además, que se tome el tiempo de cuestionarse si es algo que proviene de él porque, “yo ya no tengo nada”.  Es tan divertido como suena, gracias a la vida por la facilidad de los mensajes instantáneos y de poder borrar contactos.

No puedo hacer más que esperar que entienda la responsabilidad de utilizar su pene. La responsabilidad de ver algo raro en él y no preguntarse si perjudica a alguien más. Al mismo tiempo, también estoy peleando con mi yo de hace 3 años. En aquel momento, cuando antes de tener relaciones, el sujeto se cuestiona la necesidad de usar condón, porque todxs sabemos que “se siente mejor”, y en mi cabeza pensaba que estábamos enamorados y que nada tenía que salir mal necesariamente. Ese día, mi preocupación era tener que pasar por un proceso de aborto que al rato y podía no querer del todo. Hoy camino a mi casa pensaba en lo fácil que era pedir una prueba de cualquier enfermedad antes de dar mi prueba de “amor”.

Pasé una semana completa llamando a la clínica. Olvidaron mis resultados el día que tenían que llegar. Y al final, por un mensaje de WhatsApp, la recepcionista, posiblemente harta de mí, me mandó un bonito: “Negativo de malignidad”, que me dejó respirar y también me agendó una cita con el psicólogo. Hoy estoy agradecida de que el hecho de ser consciente de la real importancia de cuidarme, me haya llegado por medio de un susto que me duró 7 días.  Pero, ¿qué pasa con las personas que no solo se asustaron? Muchas personas viven con alguna enfermedad de transmisión sexual, acompañada de la carga negativa que esto tiene en la vida de alguien. Incluso, solo con este susto, personalmente he tenido dificultad para tener una vida sexual normal en estos días, solo por un susto que me hizo sentir corrompida.

Estoy feliz por estar bien, pero en una semana compartí esta angustia en espacios en donde me encontré con personas que estaban pasando por la incertidumbre y el miedo, o la certeza y la aceptación, de tenerlo en su vida, y es abrumante. Tal vez para mí, desde mi espacio de falsa seguridad.

Pero también tengo esta idea loca, de que si empezamos a hablar más de todo, podemos estar mejor más rápido. Lxs invito a revisarse de muchas formas, visiten a sus médicos y no ignoren las espinitas que sentimos a veces. Les pido que sean conscientes y que no dejen que las ganas de un día marquen más que solo un momento. Porque yo  me sentía responsable de mi sexualidad por usar métodos anticonceptivos desde que soy activa, y por hacer pipí después de coger, pero hoy creo que tengo mucho que aprender.  Y si no estás en una situación similar, sólo pensá en los que sí, pensá en que puede pasarnos a todxs, y no lo digo como amenaza, sino como ejercicio de empatía.

Por último, dejo un espacio abierto acá, usando mi voz en Resisters para decirles que lxs abrazo. Y que si no han querido decir o hacer nada por miedo, piensen en ustedes mismxs como las personas que más aman. Mírense con ese amor, abrácense, y cuando estén listxs, comiencen a caminar.

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Desde Resisters te invitamos a visitar organizaciones que te acompañan y apoyan en este proceso como:

CAS una organización que se encarga del acompañamiento médico y psicológico de contraer una ITS https://casgt.org/.

Corazón de Agua Parteras Profesionales comprometidas con la salud de la mujer y el desarrollo comunitario, contamos con una clínica y formamos Parteras Profesionales. https://itsmy.bio/corazondelagua

Wings Guatemala Organización de derechos sexuales y reproductivos que ofrece información y servicios sobre salud reproductiva de manera profesional y personalizada.  http://www.wingsguate.org/

 

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Opinión Resisters

¡Cuidado con Las Plásticas! o Feminismo de Chicas Pesadas 

 

Este artículo hace referencia a la película de comedia de culto estadounidense lanzada en 2004: Mean Girls (Chicas Pesadas en Hispanoamérica y Chicas Malas en España), y contiene el uso de los personajes, tramas y frases populares para hacer metáforas, paralelismos y ejemplos.

Si vamos a hablar y señalar violencias, hablemos y señalemos las violencias que se dan también dentro del movimiento feminista y corrijamos el rumbo mientras podamos antes de replicar lo que más nos daña : el sistema patriarcal.

¡CUIDADO CON LAS PLÁSTICAS! o Feminismo de Chicas Pesadas 

Era el año 2016 cuando por primera vez una persona me nombró feminista, eso dio inicio a un camino de eterno aprendizaje y deconstrucción constante. “Feminista”  fue un calificativo que aceptaba con orgullo y gracias a ello he conocido a personas maravillosas y hecho muchas amistades.  Inicié procesos que aún son importantes para mí tanto de teorización y estudio como de espiritualidad y sanación, así como gracias a ellas he formado parte de proyectos cuyo objetivo es reducir esta brecha histórica diferencial.

Pero esta no es esa historia. Esta es la historia de la piedra en el camino del feminismo que durante el 2020 se me metió en el zapato y me hizo cuestionarme profundamente si este era el sendero por el cual quería caminar y si esa era la etiqueta que quería portar mientras caminaba.

Regina George o el Feminismo Mayonesa 

El feminismo surgió como un movimiento occidental y como Regina George es blanco y por tanto racista, clasista, colonial, heteronormado y cisnormado ( y por tanto bastante homofóbico).

El feminismo es una doctrina y un movimiento social con un objetivo específico: el reconocimiento de capacidades y derechos para las mujeres que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.

Pero el feminismo surgió como un movimiento occidental, blanco y por tanto racista, clasista, colonial, heteronormado y cisnormado ( y por tanto bastante homofóbico). Aún con sus distintas ramificaciones y distintos tipos de feminismos que están explorando otras intersecciones existen muchas ramas cuyas concepciones y acciones derivan de la corriente teórica “radical” del feminismo de la diferencia y del materialismo francés, que a su vez surgieron en países que son o fueron potencias económicas y círculos sociales de clase media alta blanca con todas las características antes mencionadas.

« No soy una mamá común, soy una mamá genial. No existen reglas en esta casa.»

En el afán de defender algunas de estas concepciones y acciones de parte de quienes se identifican con estas ramas se ataca, violenta y hostiga a otras mujeres que también son parte del movimiento, pero que no se apegan a su ideología particular. Este artículo es una invitación a revisarnos para que, como dice la mamá de Regina George « No soy una mamá común, soy una mamá genial» (reemplazar mamá con movimientoy por movimiento me refiero al feminista). Para ser atacadas, violentadas y hostigadas ya existe el patriacardo y para no replicar estos mismos comportamientos necesitamos que « no existan (las mismas) reglas en esta casa.»

Lee más aquí: Separatismo : La Mayonesa Feminista 

Y aquí: Vuestro Feminismo Blanco Racista No Me Representa

Las Plásticas o Las Cámaras de Eco

Las plásticas en una escena que representa a la perfección que las cámaras de eco son una relación de poder opresora.

Una cámara de eco (en inglés echo chamber) es la descripción metafórica de una situación en la que la información, ideas o creencias son amplificadas por transmisión y repetición en un sistema “cerrado” en el cual las visiones diferentes o competidoras son censuradas, prohibidas o minoritariamente representadas.

Por ejemplo, la expresión utilizada en la película: «los miércoles usamos rosa, si tú no lo haces no te puedes sentar con nosotras», coincide con la forma en la que se denomina a una mujer como mala feminista al no responder a cierta expectativa que se tiene de ella. Es decir, que si no replicas sus patrones de comportamiento o manera de pensar es muy probable que termines pasando tu hora de almuerzo comiento en el baño o con tu nombre el en Libro Del Mal. Cualquier similitud a cómo funciona la sociedad (y por tanto las redes sociales) cuando sucede algo que divide las opiniones, parece sacado de una chick flick noventera, es pura coincidencia. ¿O no lo es?

El hostigamiento o ciberbullying rara vez se basa en quién tiene más fundamentos para su argumento (o sea sorpresa, es una relación de poder).  La persona que tiene más seguidores convencidos de su idea u opinión genera una reacción en cadena para silenciar a todos aquellos que tengan un argumento distinto (aunque no por ello menos válido). Cancelando, rechazando y segregando (¿eres tú separatismo?) a estas personas de la conversación. Esto me lleva a la cultura de cancelación.

El Libro del Mal  o La Cultura de la Cancelación 

El Libro del Mal llenito de pura maldad.

Estimadxs lectorxs, les diría que cierren los ojos pero ya no podrían leer así que obviamos este paso y pasaremos directo al ejercicio de análisis a través de la levantada de mano.

  • Quiero que levanten la mano si alguna vez una chica ha hablado mal a sus espaldas o redes sociales… bajen la mano.
  • Quiero que levanten la mano si fueron personalmente victimizadas por una Regina George … bajen la mano.
  • Levanten la mano si Las Plásticas les pasaron el feministómetro (de su propia invención) y pues no pasaron… bajen la mano.
  • Levanten la mano si les cortaron su foto del anuario, la pegaron con pritt al “Libro del Mal” y les escribieron cosas como “pseudofeminista”, “violenta”, “poco sorora”, “solapamachos”, “mala feminista”, “facista”, “patriarcal”  y luego le dejaron caer brillantina encima, le sacaron copias y tiraron los papeles en los pasillos de Twitter y grupos de Whatsapp mientras su respectivo séquitode plásticas le aplaudía a la Regina George y ellas mismas lo feministas que eran por ello… bajen la mano.
  • Levanten la mano si reaccionaron ante estos ataques con rabia mal canalizada planificando una estrategia de venganza para destruirlas desde adentro con barras de proteínas para subir de peso…ahora a las que tengan la mano levantada choquen esos cinco.

Porque yo la tengo levantada hasta el cielo, amix. Mis opiniones y acciones no coinciden (e incluso son netamente contrarias) a las de la mayoría. Esto me ha hecho candidata para ser la perfecta persha  que merece ser cancelada varias veces. Soy «casi demasiado gay para funcionar»  para las feministas más pop del momento pero también soy humana con mecanismos de defensa que se activan instintivamente cuando me siento atacada y me hacen daño. Y eso no es fetch, hay que dejar de intentar que lo fetch suceda.

Sharon Norbury construyendo puentes y no abismos, como la reina que es.

Como escribió un asistente en el taller “Cancel Culture” por Fariha Róisín de Slow Factory Foundation. Debemos revisarnos y preguntarnos: “¿Cómo no causar daño cuando acusamos a alguien por causar daño?”.

Cancelar a una persona genera un efecto dominó de daños colaterales a todos quienes rodean a la persona cancelada. Al final todos los dominos paran tirados en el piso, no se soluciona el problema y solo se agranda el abismo que divide a dos extremos de pensar que son muy distintos volviéndolos aún más irreconciliables.

Puedes ver este y más talleres haciendo click acá: https://slowfactory.foundation/open-education

Trust-Falls u Organiza y Canaliza tu Rabia

Janis en su afán de derrocar la dictadura violenta de Regina utilizó violencia y eso la convierte en una chica pesada también.

Esto nos lleva a Janis. Janis es la completa némesis de Regina rompiendo con los estereotipos esperados por la sociedad y es quien idea el plan para infiltrar a las plásticas para destruirlas desde dentro. Lo que no se habla mucho es que Janis en su afán de derrocar la dictadura violenta de Regina utilizó violencia y eso la convierte en una chica pesada también.

En estas dinámicas nadie gana y todas las involucradas caemos en juegos de ego, venganza y chisme. El único que gana es el sistema opresor que deseamos botar. No ser popular implica, por defecto, ir en contra del sistema opresor y todas sus normas rígidas, pero debemos cuidar también sí al señalar y enfrentarlo no estamos cayendo en las mismas dinámicas que queremos señalar y erradicar.

Roisin menciona en su taller que lo opuesto a la Cultura de Cancelación es la Cultura del Cuidado. Mucha de nuestra rabia se remoja en soledad, aislamiento y sentido de no pertenencia. En lugar de enfrentar este dolor, lo lanzamos lxs unxs a lxs otrxs.

Como dice Lama Owens en Amor y Rabia “empecé a practicar la rabia amorosa porque quería liberarme de ella. Cuando digo liberarme de ella no me refiero a erradicar mi rabia, sino a no estar en una relación coaccionada por ella”. Hay que metabolizarla y encauzarla para ser libres.

Mira este video de Janis la Chica Pesada No Popular:

¿Por qué sufren todxs por esto? Es solo plástico o La Corona Feminista

Todas tenemos ya un pedazo de corona feminista al cuestionarnos y deconstruirnos las normas sociales. ¿Nos destruiremos entre si solo por un pedazo de plástico?

« Seré muy breve, a todas las personas que se sintieron ofendidas por el Libro del Mal en verdad lo lamento. Haberle arruinado la vida a Regina George no me hizo sentir más feliz. Disolvamos a Las Plásticas y con terapia aprendamos a canalizar nuestra ira con lacrosse». Pues lo de lacrosse le sirvió a Regina. ¿Entienden lo que digo desde las palabras de Cady?

El feminismo debería de ser un escudo contra el patriarcado, no un arma contra otras mujeres. Sí existe otra trinchera con personas que utilizan una estrategia distinta para tumbar a mi enemigo sin vulnerarme son mis compañeras de lucha.  Nuestras armas siempre deberían de estar apuntando al patriarcado, no la una a la otra. Siempre y cuando estén disparándole al sistema que nos oprime pues voy a considerarlas mis aliadas, no mis enemigas.

Estemos de acuerdo en no estar de acuerdo en todo,  pero no nos ataquemos la una a la otra. Las opiniones, por más distintas, serán respetadas siempre y cuando no dañen la integridad o insulten la existencia de otrxs. La lucha y la corona es de todxs. Sí nuestras acciones logran hacer la diferencia para una sola mujer, para mí, eso ya habla más alto que cualquier pensamiento descrito en 280 caracteres.

El límite no existe u otras formas y otros nombres

Cady calculando que el limite no existe y una imagen que representa mi cuestionamiento y revisión durante el 2020.

Era el año 2020 cuando por primera vez (en medio de una pandemia, crisis económica e inestabilidad emocional) se me metió una piedra en el zapato al cuestionar un movimiento al cual creía que pertenecía, ya que las acciones, reglas e imposiciones de quienes también pertenecían al mismo se contrariaban a sí mismas pero, sobre todo, me atacaron y eran opuestos a pilares de mi brújula moral y ética.

Este cuestionamiento me hizo emprender una revisión y búsqueda.  En este proceso encontré a otras que habían pasado por casos similares y en ellas maravillosas respuestas que resonaron en mi corazón. “Toma solo lo que te sirve”, me dijo Silvia Trujillo en una sesión de Rompeolas. “No es el feminismo, son sólo las feministas”, dijo Rebecca Lane en una entrevista del programa de IG Live Salidas del Guacal de Yiyi Sosa. “Debemos abolir al policía en nuestra cabeza y corazón”, dijo la artista Tourmaline durante las protestas por los derechos de los afroamericanos en las revueltas.  “Quizás ese salvavidas del feminismo nos sirvió para salvarnos en su momento y ahora tenga otra función o debamos doblarlo y guardarlo.”, dijo Lucía Rosales en el conversatorio Ser LBT de Visibles.

Después de la revisión y búsqueda ya no necesariamente me quiero llamar o que me llamen “feminista”.Quizás hoy me quiero llamar “femme based”, “anti patriarcal”, “pro feminas”, “humanista”, “eco histérica” , “comunitaria”, “ interseccional”, etc. Quizás hoy no me quiera llamar nada , pero mañana si y me lo permito. Al final todas las doctrinas y movimientos, por más que sean colectivos, se viven de manera muy personal y he decidido que la mía será fluir cada que reciba nueva información y dejar ir cuando algo ya no contribuya a mi crecimiento.

Todxs quienes estén luchando contra el patriarcado (se llamen como se llamen), siempre y cuando sus armas estén dirigidas al sistema opresor son mis aliadxs. Cuando ellxs conmigo y yo con ellxs, ¿quién contra mí?

¡Ella ni siquiera va aquí! o Gracias, gracias, gracias

A lxs que se fueron porque las relaciones ya no aportaban al crecimiento mutuo.

A las Compañeritas del Fuego por no darme la espalda cuando me tiraron a la hoguera. A las Resisters por ser un espacio seguro maravilloso y enseñarme que cuando sentimos que no tenemos nada a lo cual aferrarnos nos podemos aferrar la una a la otra. A La Revuelta por ser un megáfono en el cual aprendí que las acciones hablan más alto que las palabras.

Gracias a las personas que editaron este texto varias veces hasta que no solo hacía sentido para mí si no para cualquiera a quién esté pasando por un proceso similar.

Al privilegio que me permite este eterno cuestionamiento en constante tránsito alimentada por las opoinones y experiencias de terceros ayudandome a discernir cuando es mejor construir junto a otrxs y cuando hacerme a un lado ceder el espacio.