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Sexo, feminismo y la ciudad

Por: Heidy Isabel Hernández

Sex and the City fue un fenómeno cultural en los noventa, y gracias al streaming, lo es nuevamente en 2024. Desde su estreno en 1998, ha sido una piedra angular de la cultura popular y un punto de referencia para las representaciones de mujeres modernas en los medios. Sus protagonistas, Carrie Bradshaw, Samantha Jones (la bandida), Charlotte York (la romántica) y Miranda Hobbes (la pragmática), navegan Nueva York tratando de ser la mujer que lo tiene todo: amor, sexo, una carrera exitosa, bolsas de diseñador y amistad. A lo largo de sus seis temporadas, vemos a estas mujeres cometer un sinfín de errores y, en algunos casos, aprender de ellos. Mientras miraba videos de TikTok sobre cómo no ser Carrie en las relaciones, no pude evitar preguntarme: ¿puedo aproximarme a esta serie desde una perspectiva feminista?

La era de la no inocencia

En el primer episodio de Sex and the City, Carrie Bradshaw introduce a los espectadores a lo que ella llama “la era de la no inocencia”. Con esta frase, Carrie encapsula el espíritu de la serie durante sus primeras tres temporadas y su enfoque hacia la vida y las relaciones en la ciudad. “Nadie tiene desayunos en Tiffany’s ni amoríos para recordar,” dice, “en su lugar, tenemos desayunos a las 7 a.m. y amoríos que queremos olvidar lo más pronto posible.” Esta declaración no solo marca el tono cínico de la serie, sino que también refleja una era en la que el ideal romántico tradicional ha sido reemplazado por una visión más pragmática y, a menudo, desilusionada del amor y las relaciones. La “era de la no inocencia” es un reflejo directo del feminismo de la tercera ola, que surgió en los años 90 y que defendía la idea de que las mujeres (blancas en su mayoría) podían ser fuertes, independientes y sexualmente activas sin disculpas.

A medida que la serie progresa, tres de las protagonistas resignifican el amor romántico y terminan en una relación heterosexual, pero no necesariamente heteronormativa. Respondiendo a sus propios conflictos como personajes, Miranda, Charlotte y Samantha subvierten las narrativas de dependencia emocional y la búsqueda del “príncipe azul”. Miranda acepta que el rol pasivo que exige una relación amorosa no es uno que ella quiera desempeñar y se convierte en la principal proveedora de su matrimonio. Charlotte reconoce que sus expectativas sobre el amor romántico estaban sesgadas por cuestiones de clase y se casa con un hombre que rompe con todos los requisitos que ella misma se había impuesto. Su viaje es un recordatorio de que las expectativas sociales pueden ser desafiadas y que la verdadera realización viene de entender y perseguir lo que realmente queremos. Samantha cierra la serie con una relación estable con un hombre más joven que no la juzga por su liberación sexual y es capaz de respetar su empoderamiento. Un final tan refrescante para ellas como lógico a nivel narrativo.

No es así en el caso de Carrie, quien a pesar de innumerables “red flags”, decide quedarse con el galán tradicional que teme al compromiso. Esta decisión se siente casi como una traición a la premisa de la serie, ya que vemos que Carrie no ha cambiado y sigue anteponiendo el amor romántico a todo en su vida. Reconozco que las relaciones tóxicas y turbulentas venden, y que esta elección es dolorosamente relacionable e incómodamente realista, pero con la perspectiva moderna es inevitable cuestionar las motivaciones de los guionistas. En muchos sentidos, Carrie es aspiracional, o al menos yo amaría poder vivir solo de escribir columnas de opinión, y por eso no es casualidad que sea ella quien termina cediendo su individualidad por el supuesto hombre de ensueño. No puedo evitar pensar en Jo March, de Mujercitas, quien también termina contra todo pronóstico y desarrollo de personaje en una relación romántica. Este tipo de final es atractivo porque es fácilmente reconocible y cumple con ciertas expectativas tradicionales del público sobre cómo deben resolverse las historias de amor y con qué debemos soñar las mujeres.

La serie finalizó en 2004, en un momento en el que el discurso feminista estaba nuevamente en transformación y se popularizó la idea del feminismo de elección o “choice feminism”, que enfatizaba que cualquier elección hecha por una mujer es feminista si la hace sentirse empoderada, independientemente del contexto social o político. Esta forma de pensamiento diluyó la crítica más amplia a las estructuras de poder y a las desigualdades sistémicas. Recordemos que fue la época de cantantes pop hipersexualizadas y del culto a la delgadez extrema, lo que ayuda a entender por qué Carrie siempre regresa con Mr. Big.

Para fines prácticos y por mi salud mental, en este texto estamos ignorando por completo las películas, que destruyen deliberadamente estos “finales felices” con el único objetivo de vender entradas, y “And just like that”, una continuación lanzada en 2021 que no ha logrado el éxito de su predecesora.

La dualidad de la “Cosmo girl”

El término “Cosmo Girl” está vinculado a una imagen específica de feminidad que se popularizó a través de la revista Cosmopolitan, especialmente a partir de la década de 1960 bajo la dirección de Helen Gurley Brown. Esta imagen se centra en una mujer joven, atractiva, independiente y sexualmente liberada, que encarna una forma de feminismo conocido como feminismo de consumo. Sex and the City tiene una definición muy cerrada de éxito, y esta está enmarcada por el capitalismo. Carrie es el epítome de la “Cosmo Girl”: una mujer independiente que no teme gastar dinero en ropa de diseñador y que ve el consumo como una forma de autoexpresión.

Algo que está presente en los nuevos feminismos, aparte de la interseccionalidad, es reconocer el rol de una sociedad de consumo. Sex and the City refleja una realidad en la que las mujeres, especialmente las blancas de clase media estaban ingresando al mercado laboral en igualdad de condiciones con los hombres por primera vez. Sin embargo, esta visión ignora las experiencias de las mujeres racializadas, quienes ya habían sido parte de la fuerza laboral durante generaciones, y para quienes trabajar no representaba una nueva forma de poder, sino una necesidad impuesta por un sistema que no consideraba sus necesidades ni sus luchas. Por ejemplo, Charlotte deja de trabaja a partir de su divorcio porque simplemente no lo necesita e incluso tiene el poder adquisitivo de regalarle su anillo de compromiso a Carrie. Esta última se encuentra básicamente en bancarrota, pero en lugar de plantearse una solución tangible o abordar el miedo que miles de personas han experimentado de no tener una vivienda, la serie lo resuelve sin ahondar en la problemática. En última instancia la serie refuerza en cuestiones económicas las mismas desigualdades que el feminismo busca desafiar.

La amistad femenina: un legado rescatable

A pesar de las críticas que se pueden hacer a Sex and the City en términos de su limitada visión e ignorancia de la época, uno de los aspectos más fuertes y rescatables de la serie es su enfoque en la amistad y la conexión entre mujeres. Desde el principio, la serie establece que, aunque las relaciones románticas son importantes, la verdadera base de apoyo y felicidad de las protagonistas proviene de su amistad entre sí. La amistad entre Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha es el núcleo emocional de la serie y refleja algunos conflictos muy cercanos, como estar cansada de escuchar a tu amiga volver con su terrible ex (sí, hablamos de Mr. Big). La serie, aunque a veces cae en las trampas del feminismo de consumo y las narrativas románticas tradicionales, también celebra la independencia emocional que las mujeres pueden encontrar en sus amistades. Este discurso sobre la amistad y la solidaridad femenina es quizás el legado más significativo y positivo de Sex and the City. En un mundo donde las mujeres a menudo son socializadas para competir entre sí, la serie ofrece un contrapunto importante, mostrando cómo las mujeres pueden ser las mayores aliadas y fuentes de fortaleza unas para otras.

En los últimos años, ha surgido un enfoque crítico conocido como “paranoid reading” (concepto creado por Eve Kosofsky Sedgwick), que busca desmantelar y cancelar productos culturales que no se alinean perfectamente con las normas sociales y éticas contemporáneas. Sex and the City no ha sido inmune a esta tendencia, siendo a veces atacada por su falta de diversidad, su visión limitada del feminismo y su tratamiento de las personas racializadas y diversas. Sin embargo, cancelar o desestimar completamente la serie ignora las contribuciones significativas que ha hecho en términos de abrir diálogos sobre la sexualidad femenina, la independencia y, sobre todo, la sororidad. En lugar de desechar por completo estos productos culturales, es importante reconocer tanto sus defectos como sus méritos, y utilizarlos como puntos de partida para discusiones más amplias y matizadas sobre feminismo.

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Opinión Resisters

¡Cuidado con Las Plásticas! o Feminismo de Chicas Pesadas 

 

Este artículo hace referencia a la película de comedia de culto estadounidense lanzada en 2004: Mean Girls (Chicas Pesadas en Hispanoamérica y Chicas Malas en España), y contiene el uso de los personajes, tramas y frases populares para hacer metáforas, paralelismos y ejemplos.

Si vamos a hablar y señalar violencias, hablemos y señalemos las violencias que se dan también dentro del movimiento feminista y corrijamos el rumbo mientras podamos antes de replicar lo que más nos daña : el sistema patriarcal.

¡CUIDADO CON LAS PLÁSTICAS! o Feminismo de Chicas Pesadas 

Era el año 2016 cuando por primera vez una persona me nombró feminista, eso dio inicio a un camino de eterno aprendizaje y deconstrucción constante. “Feminista”  fue un calificativo que aceptaba con orgullo y gracias a ello he conocido a personas maravillosas y hecho muchas amistades.  Inicié procesos que aún son importantes para mí tanto de teorización y estudio como de espiritualidad y sanación, así como gracias a ellas he formado parte de proyectos cuyo objetivo es reducir esta brecha histórica diferencial.

Pero esta no es esa historia. Esta es la historia de la piedra en el camino del feminismo que durante el 2020 se me metió en el zapato y me hizo cuestionarme profundamente si este era el sendero por el cual quería caminar y si esa era la etiqueta que quería portar mientras caminaba.

Regina George o el Feminismo Mayonesa 

El feminismo surgió como un movimiento occidental y como Regina George es blanco y por tanto racista, clasista, colonial, heteronormado y cisnormado ( y por tanto bastante homofóbico).

El feminismo es una doctrina y un movimiento social con un objetivo específico: el reconocimiento de capacidades y derechos para las mujeres que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.

Pero el feminismo surgió como un movimiento occidental, blanco y por tanto racista, clasista, colonial, heteronormado y cisnormado ( y por tanto bastante homofóbico). Aún con sus distintas ramificaciones y distintos tipos de feminismos que están explorando otras intersecciones existen muchas ramas cuyas concepciones y acciones derivan de la corriente teórica “radical” del feminismo de la diferencia y del materialismo francés, que a su vez surgieron en países que son o fueron potencias económicas y círculos sociales de clase media alta blanca con todas las características antes mencionadas.

« No soy una mamá común, soy una mamá genial. No existen reglas en esta casa.»

En el afán de defender algunas de estas concepciones y acciones de parte de quienes se identifican con estas ramas se ataca, violenta y hostiga a otras mujeres que también son parte del movimiento, pero que no se apegan a su ideología particular. Este artículo es una invitación a revisarnos para que, como dice la mamá de Regina George « No soy una mamá común, soy una mamá genial» (reemplazar mamá con movimientoy por movimiento me refiero al feminista). Para ser atacadas, violentadas y hostigadas ya existe el patriacardo y para no replicar estos mismos comportamientos necesitamos que « no existan (las mismas) reglas en esta casa.»

Lee más aquí: Separatismo : La Mayonesa Feminista 

Y aquí: Vuestro Feminismo Blanco Racista No Me Representa

Las Plásticas o Las Cámaras de Eco

Las plásticas en una escena que representa a la perfección que las cámaras de eco son una relación de poder opresora.

Una cámara de eco (en inglés echo chamber) es la descripción metafórica de una situación en la que la información, ideas o creencias son amplificadas por transmisión y repetición en un sistema “cerrado” en el cual las visiones diferentes o competidoras son censuradas, prohibidas o minoritariamente representadas.

Por ejemplo, la expresión utilizada en la película: «los miércoles usamos rosa, si tú no lo haces no te puedes sentar con nosotras», coincide con la forma en la que se denomina a una mujer como mala feminista al no responder a cierta expectativa que se tiene de ella. Es decir, que si no replicas sus patrones de comportamiento o manera de pensar es muy probable que termines pasando tu hora de almuerzo comiento en el baño o con tu nombre el en Libro Del Mal. Cualquier similitud a cómo funciona la sociedad (y por tanto las redes sociales) cuando sucede algo que divide las opiniones, parece sacado de una chick flick noventera, es pura coincidencia. ¿O no lo es?

El hostigamiento o ciberbullying rara vez se basa en quién tiene más fundamentos para su argumento (o sea sorpresa, es una relación de poder).  La persona que tiene más seguidores convencidos de su idea u opinión genera una reacción en cadena para silenciar a todos aquellos que tengan un argumento distinto (aunque no por ello menos válido). Cancelando, rechazando y segregando (¿eres tú separatismo?) a estas personas de la conversación. Esto me lleva a la cultura de cancelación.

El Libro del Mal  o La Cultura de la Cancelación 

El Libro del Mal llenito de pura maldad.

Estimadxs lectorxs, les diría que cierren los ojos pero ya no podrían leer así que obviamos este paso y pasaremos directo al ejercicio de análisis a través de la levantada de mano.

  • Quiero que levanten la mano si alguna vez una chica ha hablado mal a sus espaldas o redes sociales… bajen la mano.
  • Quiero que levanten la mano si fueron personalmente victimizadas por una Regina George … bajen la mano.
  • Levanten la mano si Las Plásticas les pasaron el feministómetro (de su propia invención) y pues no pasaron… bajen la mano.
  • Levanten la mano si les cortaron su foto del anuario, la pegaron con pritt al “Libro del Mal” y les escribieron cosas como “pseudofeminista”, “violenta”, “poco sorora”, “solapamachos”, “mala feminista”, “facista”, “patriarcal”  y luego le dejaron caer brillantina encima, le sacaron copias y tiraron los papeles en los pasillos de Twitter y grupos de Whatsapp mientras su respectivo séquitode plásticas le aplaudía a la Regina George y ellas mismas lo feministas que eran por ello… bajen la mano.
  • Levanten la mano si reaccionaron ante estos ataques con rabia mal canalizada planificando una estrategia de venganza para destruirlas desde adentro con barras de proteínas para subir de peso…ahora a las que tengan la mano levantada choquen esos cinco.

Porque yo la tengo levantada hasta el cielo, amix. Mis opiniones y acciones no coinciden (e incluso son netamente contrarias) a las de la mayoría. Esto me ha hecho candidata para ser la perfecta persha  que merece ser cancelada varias veces. Soy «casi demasiado gay para funcionar»  para las feministas más pop del momento pero también soy humana con mecanismos de defensa que se activan instintivamente cuando me siento atacada y me hacen daño. Y eso no es fetch, hay que dejar de intentar que lo fetch suceda.

Sharon Norbury construyendo puentes y no abismos, como la reina que es.

Como escribió un asistente en el taller “Cancel Culture” por Fariha Róisín de Slow Factory Foundation. Debemos revisarnos y preguntarnos: “¿Cómo no causar daño cuando acusamos a alguien por causar daño?”.

Cancelar a una persona genera un efecto dominó de daños colaterales a todos quienes rodean a la persona cancelada. Al final todos los dominos paran tirados en el piso, no se soluciona el problema y solo se agranda el abismo que divide a dos extremos de pensar que son muy distintos volviéndolos aún más irreconciliables.

Puedes ver este y más talleres haciendo click acá: https://slowfactory.foundation/open-education

Trust-Falls u Organiza y Canaliza tu Rabia

Janis en su afán de derrocar la dictadura violenta de Regina utilizó violencia y eso la convierte en una chica pesada también.

Esto nos lleva a Janis. Janis es la completa némesis de Regina rompiendo con los estereotipos esperados por la sociedad y es quien idea el plan para infiltrar a las plásticas para destruirlas desde dentro. Lo que no se habla mucho es que Janis en su afán de derrocar la dictadura violenta de Regina utilizó violencia y eso la convierte en una chica pesada también.

En estas dinámicas nadie gana y todas las involucradas caemos en juegos de ego, venganza y chisme. El único que gana es el sistema opresor que deseamos botar. No ser popular implica, por defecto, ir en contra del sistema opresor y todas sus normas rígidas, pero debemos cuidar también sí al señalar y enfrentarlo no estamos cayendo en las mismas dinámicas que queremos señalar y erradicar.

Roisin menciona en su taller que lo opuesto a la Cultura de Cancelación es la Cultura del Cuidado. Mucha de nuestra rabia se remoja en soledad, aislamiento y sentido de no pertenencia. En lugar de enfrentar este dolor, lo lanzamos lxs unxs a lxs otrxs.

Como dice Lama Owens en Amor y Rabia “empecé a practicar la rabia amorosa porque quería liberarme de ella. Cuando digo liberarme de ella no me refiero a erradicar mi rabia, sino a no estar en una relación coaccionada por ella”. Hay que metabolizarla y encauzarla para ser libres.

Mira este video de Janis la Chica Pesada No Popular:

¿Por qué sufren todxs por esto? Es solo plástico o La Corona Feminista

Todas tenemos ya un pedazo de corona feminista al cuestionarnos y deconstruirnos las normas sociales. ¿Nos destruiremos entre si solo por un pedazo de plástico?

« Seré muy breve, a todas las personas que se sintieron ofendidas por el Libro del Mal en verdad lo lamento. Haberle arruinado la vida a Regina George no me hizo sentir más feliz. Disolvamos a Las Plásticas y con terapia aprendamos a canalizar nuestra ira con lacrosse». Pues lo de lacrosse le sirvió a Regina. ¿Entienden lo que digo desde las palabras de Cady?

El feminismo debería de ser un escudo contra el patriarcado, no un arma contra otras mujeres. Sí existe otra trinchera con personas que utilizan una estrategia distinta para tumbar a mi enemigo sin vulnerarme son mis compañeras de lucha.  Nuestras armas siempre deberían de estar apuntando al patriarcado, no la una a la otra. Siempre y cuando estén disparándole al sistema que nos oprime pues voy a considerarlas mis aliadas, no mis enemigas.

Estemos de acuerdo en no estar de acuerdo en todo,  pero no nos ataquemos la una a la otra. Las opiniones, por más distintas, serán respetadas siempre y cuando no dañen la integridad o insulten la existencia de otrxs. La lucha y la corona es de todxs. Sí nuestras acciones logran hacer la diferencia para una sola mujer, para mí, eso ya habla más alto que cualquier pensamiento descrito en 280 caracteres.

El límite no existe u otras formas y otros nombres

Cady calculando que el limite no existe y una imagen que representa mi cuestionamiento y revisión durante el 2020.

Era el año 2020 cuando por primera vez (en medio de una pandemia, crisis económica e inestabilidad emocional) se me metió una piedra en el zapato al cuestionar un movimiento al cual creía que pertenecía, ya que las acciones, reglas e imposiciones de quienes también pertenecían al mismo se contrariaban a sí mismas pero, sobre todo, me atacaron y eran opuestos a pilares de mi brújula moral y ética.

Este cuestionamiento me hizo emprender una revisión y búsqueda.  En este proceso encontré a otras que habían pasado por casos similares y en ellas maravillosas respuestas que resonaron en mi corazón. “Toma solo lo que te sirve”, me dijo Silvia Trujillo en una sesión de Rompeolas. “No es el feminismo, son sólo las feministas”, dijo Rebecca Lane en una entrevista del programa de IG Live Salidas del Guacal de Yiyi Sosa. “Debemos abolir al policía en nuestra cabeza y corazón”, dijo la artista Tourmaline durante las protestas por los derechos de los afroamericanos en las revueltas.  “Quizás ese salvavidas del feminismo nos sirvió para salvarnos en su momento y ahora tenga otra función o debamos doblarlo y guardarlo.”, dijo Lucía Rosales en el conversatorio Ser LBT de Visibles.

Después de la revisión y búsqueda ya no necesariamente me quiero llamar o que me llamen “feminista”.Quizás hoy me quiero llamar “femme based”, “anti patriarcal”, “pro feminas”, “humanista”, “eco histérica” , “comunitaria”, “ interseccional”, etc. Quizás hoy no me quiera llamar nada , pero mañana si y me lo permito. Al final todas las doctrinas y movimientos, por más que sean colectivos, se viven de manera muy personal y he decidido que la mía será fluir cada que reciba nueva información y dejar ir cuando algo ya no contribuya a mi crecimiento.

Todxs quienes estén luchando contra el patriarcado (se llamen como se llamen), siempre y cuando sus armas estén dirigidas al sistema opresor son mis aliadxs. Cuando ellxs conmigo y yo con ellxs, ¿quién contra mí?

¡Ella ni siquiera va aquí! o Gracias, gracias, gracias

A lxs que se fueron porque las relaciones ya no aportaban al crecimiento mutuo.

A las Compañeritas del Fuego por no darme la espalda cuando me tiraron a la hoguera. A las Resisters por ser un espacio seguro maravilloso y enseñarme que cuando sentimos que no tenemos nada a lo cual aferrarnos nos podemos aferrar la una a la otra. A La Revuelta por ser un megáfono en el cual aprendí que las acciones hablan más alto que las palabras.

Gracias a las personas que editaron este texto varias veces hasta que no solo hacía sentido para mí si no para cualquiera a quién esté pasando por un proceso similar.

Al privilegio que me permite este eterno cuestionamiento en constante tránsito alimentada por las opoinones y experiencias de terceros ayudandome a discernir cuando es mejor construir junto a otrxs y cuando hacerme a un lado ceder el espacio.

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Resistir y Nunca Desistir por Resisters

Resistir y nunca desistir

Resisters es un colectivo de mujeres multidisciplinarias que han trabajado en comunicación, ya sea en medios digitales o en agencias de publicidad, produciendo eventos, estrategias y contenido audiovisual para plataformas digitales. El proyecto surge de la necesidad de utilizar este conocimiento y habilidad para generar contenido pedagógico feminista y producir estrategias de comunicación digital con enfoque de género. Su objetivo es crear una comunidad que busque la emancipación de las mujeres que habitan en el centro del territorio conocido como América utilizando la comunicación como estrategia.

¿Por qué feminismo?

Y ¿por qué no? Los medios de comunicación y agencias de publicidad son un rubro en el cual fuimos atravesadas por muchas injusticias que son consecuencia del patriarcado. El nepotismo, objetivización, discriminación salarial y acoso son normalizados en la industria. Si bien fue un terreno hostil sirvió de aprendizaje y nos dió la convicción de utilizar lo aprendido para el beneficio de otras mujeres. Como dijo Maya Angelou, “Cuando se levanta una mujer se levanta por todas las mujeres” y tambié muy sabiamente nombro que “sería muy estúpido no estar de nuestro propio lado.”

Un movimiento colectivo

El feminismo es un movimiento social y político que nace de la necesidad de acabar con la opresión de la mujer. Sin perder el objetivo el movimiento ha evolucionado para incorporar nuevas corrientes y aportaciones que lo nutren.

Esta interseccionalidad reconoce que el género no es el único eje de opresión que debe de ser tomado en cuenta para la teoría y la práctica del movimiento feminista. Reconociendo y defiendiendo que existen múltiples ejes de discriminación entrecruzados.

Abordamos las problemáticas desde su origen al reconocer las distintas necesidades y experiencias de todas las mujeres, en especial las de las mujeres en la región, y defendemos las alianzas como base para la organización colectiva del movimiento.

Una trinchera para luchar por y para nosotras

El primer chispazo de resisters se da en diciembre de 2017 con un mercadillo de productos hechos por mujeres con Las Compañeras del Fuego. Luego de pláticas a finales del 2018 se establece como productora y plataforma digital en enero de 2019. Actualmente está integrado por tres miembros de los cuales puedes leer más haciendo click aquí ¿Quiénes somos? Actualmente trabaja o colabora como generadora de contenido y manejo de redes sociales para proyectos por y para mujeres como Mas Allá Del Mat, Las Niñas de Guatemala y La Revuelta, Cosmic Cacao entre otros.

Un año peculiar que nos dio más razones para seguir luchando

Este año marchamos juntas para el 8M antes de ser enviadas a un encierro. En este encierro algunas mujeres fueron enclaustradas con sus agresores, muchas sufrieron de injusticia laboral al ser despedidas sin aviso ni prestaciones, otras perdieron proyectos y empresas, muchas vieron su salud mental y física vulnerada sin antecedentes similares. Por otro lado, nos dimos cuenta que estábamos encerradas pero no solas, que el distanciamiento era físico pero no emocional. Nos extendimos la mano sorora y encontramos nuevas formas de construir comunidad, empapelamos las redes sociales para el 25N, nos leímos, cuidamos y tejimos lazos. Este año hemos llorado juntas las tristezas e injusticias de nuestras compañeras violentadas y asesinadas, poro también, hemos gritado y celebrado juntas las victorias como la de las compañeras argentinas al estar un paso más cerca de tener el derecho a decidir.

Una fanzine digital para decirlo todo porque ¡calladas nunca más!

Los fanzines son publicaciones no profesionales producidas por seguidores de un fenómeno cultural particular para el placer de otrxs que tienen los mismos intereses. Se generan publicando de forma libre con total libertad de expresión.

La fanzine digital de Resisters es un espacio para todas las mujeres, mujeres trans y todes los no binaries que tengan algo que decir, compartir y necesiten una plataforma libre de juicio para crear conexiones con una comunidad que esté pasando por los mismos procesos y cuestionamientos.

Este espacio funge como plataforma para acompañarnos en el camino de deconstrucción, construcción y acompañamiento. Para caminar juntas sin importar si se llevan unos cuantos pasos o kilómetros en el camino del feminismo.

Si tienes algo que decir, te escuchamos. Escribe a somosresisters@gmail.com